Los estudiantes no llegan a la escuela como una «tabula rasa». Por contra, acarrean ideas o concepciones sobre fenómenos científicos e que no siempre están de acuerdo con nuestro conocimiento actual de la ciencia natural. Estas concepciones alternativas se refieren a menudo como «errores de concepto». Por lo general, estas ideas falsas son robustas, muy resistentes al cambio, profundamente arraigadas en la experiencia cotidiana, y bastante útiles para explicar los fenómenos de la vida cotidiana.
Los errores de concepto son ideas que no están de acuerdo con nuestra comprensión de las ciencias naturales. Un ejemplo de error de concepto que el profesorado escucha de los estudiantes es la idea de que los gases no son materia porque son invisibles y no tienen masa.
Abordar errores de concepto
Los errores de concepto del estudiantado pueden ser abordados a través de la observación y la exploración activa de experimentos que utilizan objetos físicos. El aprendizaje práctico es especialmente importante cuando se emplean señales táctiles como tocar, oler y cuando estas señales de múltiples modalidades (pistas visuales y táctiles) tienen que combinarse. Para asegurarse de que los estudiantes reconocen los principios subyacentes a los fenómenos científicos, es importante que las actividades prácticas se combinen con la instrucción y la interpretación guiada.
Durante la primera fase del proyecto, maestros de educación secundarias han identificado 30 errores de concepto en una variedad de temas científicos. Estos errores se abordan mediante la creación de actividades de aprendizaje eficaces que utilizan objetos físicos de bajo coste. Estas actividades siguen un enfoque estructurado de aprendizaje basado en la indagación y que tiene en cuenta la igualdad de género durante la aplicación en el aula o en otros contextos.